jueves, 16 de enero de 2020

¿Aprender un idioma puede llegar a hacerte olvidar tu lengua materna?


El estudio de las diferencias entre lengua materna, segunda lengua y lengua extranjera ha sido ciertamente un tema que ha llamado mucho mi atención. 
El hecho de ser una italiana viviendo en España y sobre todo el uso constante de una lengua que no es mi lengua inicial ha llevado a preguntarme lo siguiente: ¿Podría algún día llegar a olvidar mi lengua materna? y además, ¿El bilingüismo que he llegado a tener podría afectar mis señas de identidad? He buscado respuestas y efectivamente hay diferentes teorías que defienden la posibilidad de llegar a perder una lengua materna y otras que rechazan este planteamiento. 

Desde una visión personal, salí de casa a los veinte años con un bagaje lingüístico muy básico del español y el italiano como fortaleza. Me identificaban como la italiana y de ello estaba muy orgullosa. Mi idioma materno no era sólo fuente de orgullo para mí sino también el reflejo de la comunidad en la cual me crié, de las tradiciones en las que crecí y las estructuras de los pensamientos y usos kinésikos del cuerpo tan representativos de mi país. 
No obstante, con el paso de los años, el uso continuado del español y la pérdida, lenta pero inexorable del italiano (salvado en parte gracias a las TICs), me pusieron delante una realidad de la que a veces me avergonzaba: de vez en cuando no recordaba mi lengua nativa, tenía (y todavía tengo) dudas acerca de qué palabra es de uno u otro idioma y a menudo desde que lado besar a la gente para saludar (empezar por la derecha o por la izquierda? España e Italia van al revés) o tal vez qué expresión utilizar para empezar una conversación o tal vez despedirme. 
Mi familia se burla a menudo de mis errores y defienden esta pérdida de vocabulario a la elevada capacidad de aprendizaje de otro idioma. 
Por un lado estoy orgullosa de dominar un idioma que no sea el mio pero por el otro no desearía perderlo. Frente a esta situación personal, he tratado de dar respuesta a mi principal duda sobre la posibilidad de llegar a perder el dominio de mi idioma y las conclusiones han sido muy interesantes. 
Según varios estudios, la oxidación de un idioma materno para una persona que se encuentra en un entorno extranjero y habla una segunda lengua es un acontecimiento casi obligatorio. Estar sumergido en un contexto donde la comunicación es obligatoriamente basada en el uso de la segunda lengua, así como la exposición a nuevas formas de pensar y nuevas culturas afectan directamente nuestro cerebro y por lo tanto las condiciones en las que debemos desarrollarnos y vivir. 
Monika Schmid, lingüista de la Universidad de Essex, afirma que “en el momento que empiezas a aprender otro idioma los dos sistemas empiezan a competir entre sí”, hecho que conlleva necesariamente la mezcla de las dos lenguas e un uso paralelo de las mismas. 
Llegar a perder tu idioma materno es una condición que ha de analizarse teniendo en cuenta la edad en la que esto puede llegar a producirse. 
En efecto, me gustaría mencionar el estudio sobre “el mapeo del mantenimiento inconsciente de la pérdida del idioma materno” que tomó como referente 48 niñas chinas adoptadas por familias de habla francesa diferenciándose por el momento en el que fueron adoptadas (desde el nacimiento -monolingues - francés; años o meses después del nacimiento - bilingües francés y chino). 
Los resultados del estudio demuestran que el cerebro reconoce el idioma materno a pesar del uso descontinuado. La actividad cerebral de las niñas bilingües demostró que los fonemas persistían en su sistema mientras que las niñas monolingues que no habían sido expuestas nunca al chino presentaban una actividad cerebral completamente diferente de las bilingües. Según el estudio podemos llegar a entender que un idioma materno no puede llegar a olvidarse del todo, no obstante hay que tener en cuenta que el estudio ha sido llevado con niños excluyendo por lo tanto los adultos como sujetos de ensayo. 
De hecho, desde mi punto de vista, es realmente durante la fase adulta cuando nuestra capacidad de retención/memorística se ve mayoritariamente afectada y no tanto durante la edad precoz cuando el sistema se ve fortalecido por un cerebro mucho más predispuesto al aprendizaje. 


Por lo tanto, ¿qué es lo que puede afectar de forma directa nuestra pérdida del idioma materno? ¿el uso interrumpido de la segunda lengua u otros factores? Para dar una respuesta a tal cuestión es interesante tener en cuenta el factor trauma como elemento capaz de hacernos olvidar nuestro idioma nativo. Ejemplo de ello ha sido el estudio llevado a cabo por Schmid sobre el olvido del alemán de ancianos judíos refugiados tras la Segunda Guerra Mundial en Reino Unido y Estados Unidos. 

Muchos de ellos, debido al trauma vivido, eliminaron completamente de su sistema cognitivo las funciones lingüísticas del alemán, adoptando el inglés como su idioma. 
Por otra parte, la historia del soldado Bowe, secuestrado durante cinco años por los talibanes, quien olvidó por completo el inglés y adoptó como idioma el utilizado por sus secuestradores, el pashto. 


De las situaciones y estudios expuesto he llegado a una conclusión personal: opino que un segundo idioma puede llegar a afectar la capacidad de uso de un idioma materno, no obstante, la pérdida del mismo en gran medida depende de la persona misma. 
En el caso de un trauma emocional es evidente que no se puede llegar a controlar la pérdida del mismo pero en situaciones normales, como puede ser vivir en un país extranjero, hoy en día es posible mantener el idioma, aunque sólo parcialmente. 
Con esto quiero decir que las probabilidades de llegar a perder nuestra lengua materna depende del uso que hagamos de ella: los medios de comunicación, las TICs, nos permiten mantener el idioma aunque sea de una forma parcial (leyendo, escribiendo), por lo tanto considero que depende mucho de la persona (y repito siempre que no haya un trauma emocional o cerebral) el hecho de perder o no su lengua natal. 
Para los que estéis interesados os dejo a continuación tres artículos sobre el tema en los que podréis leer más acerca del argumento. 





Gracias por vuestra lectura!

10 comentarios:

  1. ¡Hola Sonia, compañeras y compañeros!
    En primer lugar quiero felicitarte por tu entrada, está llena de información muy interesante y que me ha hecho reflexionar sobre el miedo a perder tu lengua materna. Durante la carrera, tuve una asignatura en la cual tratamos la adquisición del lenguaje - tanto de la primera como de la segunda lengua - y trabajamos un poco sobre este tema. Como bien explicas, es posible perder tu lengua nativa en situaciones de estrés post-traumático, pero también por daño cerebral tras un accidente. En este enlace puedes leer una noticia al respecto: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160322_salud_lenguaje_neurolinguistica_sindrome_idioma_extranjero_afasia_bilingue_lb
    Sin embargo, tenemos la suerte de vivir en un mundo globalizado en el que encontramos muchos materiales para el aprendizaje y uso de lenguas; por ello, estoy segura de que podrás mantener contacto con el italiano. Igual pierdes algo de fluidez en la expresión oral, pero no perderás tu lengua!
    ¡Un saludo!

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  2. ¡Hola Sonia!
    Antes de nada, me gustaría felicitarte. Sé que llevas viviendo en España mucho tiempo y que por tanto tu contacto con la lengua es directo, pero no ceso de sorprenderme del excelente manejo que tienes y de tu dominio de la escritura.
    Centrándonos en la reflexión que propones, me parece muy interesante. Mi reacción instantánea al leer la pregunta que abre tu entrada fue responder, evidentemente no y puedo asegurar que, aunque no ha variado mucho mi opinión, me ha hecho darle unas cuantas vueltas e introducir variantes que no consideraba.
    Como tú, mucha gente ha dejado su país, bien por decisión propia, bien por cuestiones externas que le han forzado o llevado a ello. Al fin y al cabo, emigrar no es ninguna novedad. Probablemente los motivos sean diferentes, pero la realidad es una y es que instalarte en un lugar en el que se hable otra lengua que no sea la tuya, implica una pérdida, por mínima que sea, de tu primera lengua. Desde mi punto de vista, la edad es un factor clave a tener en cuenta en estos estudios, por ello, el caso de las niñas chinas me resulta un estudio un cierto sesgado. Desde mi punto de vista, probablemente aquellas que, a pesar de nacer en un país de primera lengua china, no estuvieron expuestas a esta lengua, no se les puede considerar sujetos del experimento, pues no llegaron a tener contacto con esta lengua. Sin embargo, aquellas que sí vivieron un determinado tiempo, es evidente que estuvieron expuestas a ella y por tanto, reconocerán determinados aspectos de la lengua. Considero que un estudio que incluya un amplio rango de edades sería mucho más concluyente.
    Lo que me parece incuestionable, como es el caso de soldado secuestrado, es que cuando entran en juego factores emocionales y psicológicos, lo que puede considerarse como lógico, deja de serlo. La mente es compleja y puede alterar cualquier proceso.
    En cualquier caso, considero que la pérdida total de tu primera lengua es un punto complejo al que llegar, para que el que creo que solo cuestiones de aislamiento, maltrato o parecidos, pueden ser los motores del proceso.
    En definitiva, me parece que aportas una muy buena reflexión y que cada uno saque sus propias conclusiones.
    Saludos,
    Eva

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  3. ¡Hola Sonia!

    Me ha encantado tu reflexión sobre la pérdida del idioma materno. Es cierto que el hecho de practicar poco un idioma implica una pérdida gradual de ciertos términos o costumbres; pero dudo que el idioma materno se pueda perder completamente.
    Supongo que es como montar en bici, una vez que se aprende ya no se puede olvidar aunque pasen muchos años. En cuanto vuelvas a estar en Italia o rodeada de italianos, te sentirás como en casa y el idioma y las costumbre fluirán con normalidad, como si nunca te hubieses marchado.

    En mi experiencia, cuando estuve en Canadá durante un año escolar, era la única hispanohablante y he de decir que al principio fue bastante complicado. Sólo hablaba español con mi familia y he de decir que mi madre también se sorprendía cuando no era capaz de encontrar el término correcto en mi lengua materna. Se me olvidaban palabras y hacía calcos constantemente; pero una vez de regreso a España todo volvió a la normalidad y con mi acento gallego intacto.

    Por último, me gustaría plantearte una pregunta: Cuando estás en España te sientes italiana, ¿pero cuando estás en Italia te sientes española?

    Gracias y un saludo,

    Lara.

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  4. ¡Hola Sonia!

    Antes de nada quería decirte que me ha encantado tu entrada. Me parece que has tratado un tema sumamente interesante y más viniendo de una persona que lo vive en primera persona. Como dices, creo que las TICs a día de hoy ayudan mucho al mantenimiento las lenguas, en tu caso concreto la materna pero en otros nos ayudan a la práctica de otras lenguas extranjeras. Sin embargo, considero básico para el mantenimiento de una lengua en un nivel de fluidez óptimo la inmersión: puedes alcanzar un nivel muy alto de inglés, por ejemplo, pero si no estás en contacto directo diario con él, poco a poco se irá oxidando. Creo que ocurre lo mismo con la lengua materna, como expresas con tus olvidos de vocabulario, aunque la diferencia probablemente sea el grado de interiorización de cada una de ellas. Salvo los casos de trauma que explicas en tu entrada, encuentro muy complicado que alguien olvide su lengua materna pero sí creo que puede llegar a encontrarse más cómodo con su lengua segunda ya que es la que usa habitualmente en su día a día.

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  5. ¡Hola Sonia!

    Sinceramente me ha encantado tu entrada de blog, me ha parecido muy interesante y amena. Yo he vivido una situación similar por haber vivido durante un tiempo en Portugal y también me llegué a plantear la misma pregunta que tú has intentado responder en tu entrada. En mi caso, mi lengua inicial (el gallego) se fue perdiendo en favor del portugués, una lengua que comparte prácticamente el 95% del vocabulario y sintaxis. Al principio el proceso fue muy lento, pero conforme iba aprendiendo u fijando más mi lengua ambiental en ese entonces iba olvidando cada vez más el gallego y llegaba al punto de mezclar los dos idiomas sin ser capaz de distinguir en qué estaba hablando.

    Comparto 100% contigo en que las TIC nos ayudan a mantener nuestra lengua inicial (prefiero utilizar este término porque un niño o niña sin madres, por ejemplo en una pareja homoparental, también tiene lengua inicial sin madre) pero no sólo para leer o escribir, sino también para mantener contacto audiovisual con seres queridos, como puede ser el skype, videollamada de whatsapp, etc.

    Por último, tus confusiones culturales son un reflejo de lo adaptada que estás en una comunidad de lengua que no era en principio la tuya. En mi caso, la cultura portuguesa, pese a ser tan cercana a la mía, tenía bastantes diferencias por lo que esas pequeñas anécdotas no me ocurrían tan a menudo como tú. Te quiero plantear una pregunta que me ha surgido conforme he ido leyendo tu entrada: ¿crees que el español se ha convertido en el idioma predominante en tu cerebro? Es decir, ¿tienes pensamientos todo el rato en español?

    Un saludo.

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  6. ¡Hola, Sonia!
    Al igual que tú, me he hecho esta pregunta en numerosas ocasiones, por lo que me alegro de que compartas con nosotros/as esta información. La frase «el saber no ocupa lugar» nos la han repetido una y otra vez desde que somos pequeños/as. Sin embargo, cuando comencé a tener un conocimiento amplio de otras lenguas, además del español y el gallego, noté como era prácticamente imposible para mí mantener el mismo nivel en todas ellas. Encuentro una gran dificultad en mostrar el mismo grado de atención o en comunicarme en la misma medida en más de una lengua (aunque estoy segura de que para muchas personas esto es posible). En tu caso, esta situación se acentúa, ya que tu realidad más próxima ahora mismo se encuentra en España. Pienso que tu pérdida del dominio de la lengua se debe a la falta de hábito y que el olvido de ciertos términos es temporal: probablemente las palabras sigan latentes en tu cerebro y sea una cuestión de recordar, no de reaprender. Como tú misma has mencionado, hoy en día disponemos de múltiples posibilidades para seguir en contacto con las lenguas, lo que facilita en gran medida el aprendizaje y la práctica de estas.
    Quizás, como aprendices y humanos, debamos aceptar que nuestros niveles de destreza variarán a lo largo de la vida, algo que, en mi opinión, resulta muy interesante y enriquecedor.
    ¡Enhorabuena por tu original entrada!
    Un saludo.

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  7. ¡Hola Sonia! Felicidades por tu entrada, me parece muy interesante lo que dices y personalmente me encuentro en tu misma situación, así que me gustaría aportar mi experiencia personal y también algo más.
    Yo como tú soy italiana y vivo en España desde hace un año, pero al contrario que tú, ya llegué con un bagaje lingüístico y cultural del español bastante alto, por lo tanto ya estoy experimentando ese jaleo y mezcla entre los dos idiomas y los rasgos culturales como pasa contigo. A mí también me avergüenza, y me preocupa confundir los idiomas y no darme cuenta de que eso ocurre, porque lo que pienso es: ¿En un futuro, cómo podré enseñar italiano a mi alumnado o a mis hijos si yo misma confundo las dos lenguas/ culturas, invento palabras que en italiano no existen y hago errores gramaticales etc.? Pues, la verdad es que tendré que acostumbrarme y aceptar todo esto, porque, como tu bien dices, este proceso es normal y más aún entre dos idiomas y culturas tan parecidas, y no se puede hacer nada para evitarlo por completo.
    En cambio, por lo que se refiere al estudio sobre “el mapeo del mantenimiento inconsciente de la pérdida del idioma materno”, quería comentarte el caso del padre de mi novio. Él nació en España, pero cuando tenía solo un año se mudó a los Países Bajos, y como pasó con las niñas del estudio, él también era bilingüe español y holandés. La única diferencia es que él a los 10 años, cuando aún era un niño, volvió a vivir a España y poco a poco fue perdiendo el holandés hasta olvidarlo por completo.
    Esto era lo que quería comentar de tu entrada. ¡Un saludo y gracias por compartir tus ideas!

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  8. ¡Hola, Sonia!
    Antes de nada y al igual que mis compañeros/as, me gustaría felicitarte por tu entrada. Me ha encantado la reflexión que has hecho y me ha resultado muy interesante, ya que es algo que tú has podido vivir en primera persona.
    Al leer la pregunta con la que comienza tu entrada mi respuesta inmediata fue un no. Hoy en día hay una gran cantidad de recursos que te pueden ayudar a mantener los conocimientos de tu lengua materna. Obviamente, en el momento en el que pasas a vivir en un país en el que la cultura y la lengua son distintas, es normal que, en mayor o menor medida, pierdas algunos de esos conocimientos.
    Personalmente, cuando viví en Bélgica llegó un momento en el que confundía palabras, no tenía tanta agilidad para encontrar el vocabulario adecuado en español… Situaciones que, por lo que he leído, también te han podido pasar a ti con tu lengua. No obstante, han sido cosas que, al volver a estar en un contexto español, he podido recuperar y ahora lo que me costaría sería encontrar el vocabulario adecuado en francés, por ejemplo. Lo que quiero decir es que nuestro cerebro se acaba adaptando a las circunstancias en las que nos encontramos en cada momento y, por tanto, es normal que “olvidemos” ciertas cosas cuando no las utilizamos de forma habitual.
    Sin embargo, nunca había pensado en las situaciones de trauma o estrés emocional. En ese tipo de situaciones, es normal que el cerebro, como estrategia de autoprotección, intente eliminar información que pueda considerar “peligrosa”, por así decirlo.
    ¡Felicidades de nuevo por tu entrada y un saludo!

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  9. ¡Hola, Sonia! En primer lugar, decirte que me ha encantado tu entrada, tan solo con leer el título ya me ha llamado la atención el enfoque que le has dado, y, una vez leída, puedo corroborar que es muy interesante. Al leer las preguntas que planteas al principio, tenía claro en mi mente que no es posible olvidarse del idioma materno, ya que es la lengua en la que has aprendido a hablar y que, a pesar de que ya no la utilices tanto por vivir en España, la has utilizado durante muchos años de tu vida. Es cierto que puedes perder la soltura o incluso olvidarte de ciertas expresiones que no utilizaras a menudo. Sin embargo, una vez que entres en contacto de nuevo con tu lengua, el cerebro es capaz de restaurar y poner en marcha todo ese conocimiento de tu lengua materna que ha permanecido en desuso. Además, hoy en día podemos conectarnos con distintas lenguas a través de muchas posibilidades que nos ofrece la tecnología, como has comentado tú y otros compañeros y compañeras. Es una suerte poder disfrutar de ciertas películas y series en tu idioma materno y poder usar aplicaciones que te permitan refrescar conceptos o, incluso, comunicarte con tus familiares y amistades de tu país. Por otra parte, me ha llamado mucho la atención que el cerebro elimine las funciones lingüísticas de tu idioma natal cuando pasas por una situación traumática, de no haber leído esa información, pensaría que, aun así, se mantendría un mínimo de ese idioma materno.
    De nuevo, ¡enhorabuena por tu entrada!

    ¡Un saludo!

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  10. ¡Hola, Sonia!

    Enhorabuena por una entrada tan amena y bien estructurada. En ella planteas preguntas que yo me solía hacer también a lo largo de los 12 años en los que viví en Irlanda. Durante ese tiempo el uso del español experimentó un gran retroceso, y acabé manteniendo el gallego (mi lengua inicial) y estableciendo el inglés como mi lengua habitual. Esto era notable cuando venía de visita a España de diversas maneras, como por ejemplo en el exceso de fórmulas de cortesía como “perdón”, “por favor” o “gracias” que utilizaba. Aunque ya hace años que no vivo allí, todavía hoy, me encuentro en situaciones en las que mi primer impulso es utilizar el inglés, lo cual sorprende a los que me rodean e incluso a mí misma. En mi caso, el uso del gallego no disminuyó de la misma manera, quizás porque es la única lengua que utilizo con mi familia más cercana y con varios amigos en Irlanda. De hecho, cuando necesitaba concentrarme en un ambiente ruidoso allí lo hacía en gallego y, en las mismas circunstancias aquí, lo hacía en inglés. La mente trabaja de manera inesperada y nunca deja de sorprendernos.

    El bilingüismo me parece un tema sumamente interesante y tus reflexiones, así como toda la información que aportas, me han motivado a indagar y leer más sobre su consecución y la repercusión que tiene en la forma de comunicarse de los hablantes bilingües.

    ¡Un saludo y felicidades de nuevo!

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